¿Qué se entiende por «trabajadores pobres»?
La promoción del empleo de calidad (Estrategia Europea de Empleo) y la lucha contra la pobreza son los elementos fundamentales de la estrategia de la Unión Europea para luchar contra la exclusión social. No obstante, la persistencia del problema de los «trabajadores pobres», es decir, aquellas personas que, si bien tienen un puesto de trabajo, no superan el umbral de la pobreza, supone un obstáculo para alcanzar dichos objetivos. Por regla general, tener un trabajo remunerado se considera una garantía de bienestar que permite cubrir las necesidades propias y de la familia. No obstante, según los datos de la encuesta EU SILC(Estadísticas sobre la Renta y las Condiciones de Vida) realizada en 2007, en la EU27, los ingresos disponibles del 8% de los trabajadores mayores de 18 años de edad (más de 15 millones) no son suficiente para sacarlos de la pobreza. En España, Grecia, Italia, Letonia, Polonia y Portugal, por ejemplo, más de uno de cada diez trabajadores pertenecen a la categoría de «trabajadores pobres». Si bien la información relativa a la evolución de este fenómeno es escasa, el reciente aumento de las nuevas formas de empleo, que se suelen caracterizarse por un horario laboral reducido y, por lo tanto, por unos salarios más bajos (por ejemplo, trabajo a jornada parcial reducida), puede hacer que haya más personas que pasan a engrosar este colectivo.
Las personas mas expuestas
Los trabajadores jóvenes son los que más riesgo corren de convertirse en trabajadores pobres: 9% de los trabajadores entre 18 y 24 años son pobres mientras que este porcentaje se reduce al 8% de los trabajadores entre 25 y 54 años de edad y al 7 % de los que tienen entre 55 y 64 años. Asimismo, las mujeres jóvenes corren más riesgo que los hombres: 10% de las mujeres entre 18 y 24 años corren peligro frente al 9 % de los hombres de la misma edad. Sin embargo, las mujeres con empleo son generalmente menos susceptibles de encontrarse dentro de este colectivo que los hombres (aunque las mujeres europeas están generalmente mas expuestas al riesgo de pobreza). El riesgo de convertirse en trabajador pobre es mayor para quienes tienen un nivel de estudios bajo: el 14% de las personas con educación secundaria (o inferior) son mas susceptibles de convertirse en trabajadores pobres
frente al 3% de quienes tienen estudios superiores. Las empleadas del hogar con niños a su cargo corren un riesgo mayor. Pero también la naturaleza del empleo influye en el riesgo que una persona corre de convertirse en trabajador pobre: el riesgo para los autónomos y los empleados de empresas familiares es respectivamente tres y cinco veces mayor que el de otros empleados. Además de esto, un sueldo bajo, una antigüedad inferior a un año, una
jornada parcial o un contrato temporal conllevan un mayor riesgo de convertirse en trabajador pobre que una jornada completa o un contrato indefinido. La experiencia en los distintos países también apunta a que el riesgo es mayor para determinados grupos: los trabajadores migrantes parecen correr un mayor riesgo de verse afectados por la pobreza en Austria, Chipre, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Malta, Noruega y Suecia mientras que en Bulgaria, España, Hungría y Malta quienes trabajan en la economía informal corren más riesgo debido principalmente a que los salarios son bajos y las condiciones laborales pésimas.
Políticas públicas para luchar contra ’la pobreza de los que trabajan’
En la mayoría de los países, las políticas de lucha contra la pobreza se centran en reducir la pobreza y la exclusión social. Muchas de estas políticas podrían ser dirigidas específicamente para combatir la pobreza de los que trabajan: notablemente las políticas de mercado laboral (como salarios mínimos, asistencia y prestaciones de desempleo, planes de inserción laboral, prestaciones para nuevas empresas, etc.), políticas fiscales (créditos tributarios o exenciones fiscales), y políticas de protección social (complementos, subsidios, subvenciones para servicios de guarderías, etc.). Dado que los análisis que se han realizado hasta el momento de la eficacia de estas políticas se centran en cómo éstas consiguen o no reducir la pobreza en general, todavía no se ha determinado cuál es el potencial que tienen a la hora de luchar contra el fenómeno de los trabajadores pobres.
Reacción de los agentes sociales ante el problema
En general, las organizaciones patronales no tienen iniciativas específicas para luchar contra el fenómeno de los trabajadores pobres y delegan en las medidas que las autoridades públicas decidan tomar. No obstante, algunas empresas han propuesto algunas medidas que podrían mitigar la pobreza entre las personas que trabajan. Las patronales de Bulgaria, Estonia y Grecia han propuesto utilizar la educación y las medidas de formación para mejorar la empleabilidad. En Finlandia, la patronal ha propuesto aumentar el número de puestos de trabajo a jornada parcial, los de contratos temporales y los contratados con agencias de trabajo temporal. En Hungría se han tomado medidas fiscales con el fin de mejorar los ingresos de los trabajadores con salarios bajos. Por su parte, los sindicatos también han propuesto medidas para luchar contra este fenómeno: en Bulgaria, por ejemplo, los sindicatos han propuesto negociar las prestaciones sociales a nivel de empresa poniendo en marcha un sistema de comedor con vales. En Irlanda, las organizaciones sindicales han propuesto exenciones fiscales para los trabajadores con salarios mínimos, reformar las prestaciones sociales ofrecidas por los contratos laborales y actualizar las competencias y formación de los trabajadores. En Portugal, se hace hincapié en la importancia de aumentar el salario mínimo y mejorar la supervisión de los trabajos atípicos. En Noruega, los sindicatos destacan la importancia de supervisar el mercado laboral por las autoridades públicas y el empleo a
jornada completa, proponen medidas para proteger los puestos de trabajo y adecuar los salarios para los grupos más vulnerables, como los trabajadores jóvenes, mayores e inmigrantes, y piden un aumento de las prestaciones sociales.
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